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NIÑA OSCURA, BODEGA LIBRERA

Díaz Mirón 142, 1 bajos, col. Santa María la Ribera,

68 23 71 87

sábados, 10 a 17 hrs.

Autorreferencia y círculos viciosos

Luis Rodríguez

Paolo Zellini, en su Breve historia del infinito distingue la invisible franja diferencial de los términos ilimitado e infinito, que pueden confundirse al momento de referir a lo que no tiene dimensiones comprobables. Si bien el universo puede decirse ilimitado, no necesariamente puede concebirse infinito. Probablemente sea la misma forma de referir al cronotopos de una manera utilitaria, ya sea en lo espacial, ya en lo temporal. La física, si bien lo concibe como un todo, requiere, para medirlo, separar las formas de lo inmedible.

El ser humano, en su necesidad de significar el mundo, crea sistemas que le permiten representarlo, combinarlo y apropiárselo de un modo u otro. La matemática o la poesía, en su carácter de pensamiento puro (si acaso sea permitida la reducción), intentan aprehender una realidad que sobrepasa lo limitado y finito que supone el ente vivo.

Los números son limitados; las cantidades, infinitas. Así ocurre también con las letras, que crean expresiones inagotables: cualquier lenguaje, cualquier sistema refiere a formas concretas o abstractas de la realidad, la obligan a no ser inefable.

Lo que separa (imaginariamente) a estas dos formas de representación, ha permitido olvidar la búsqueda esencial del ser humano: explicar(se) lo que ve para llegar a entender todo aquello que no puede ver. En última instancia, conocer su origen. Se dice que la poesía surge de rituales religiosos, que se intentaba una comunicación con el creador; se dice que las matemáticas son el lenguaje con el que dios se comunica con el universo. Pareciera que conforman un diálogo que no ha podido cerrar el ciclo comunicativo. Con una función emotiva y un receptor, se adolece fatalmente de un canal que unifique los códigos y restablezca el marco referencial. El ser humano se ha puesto por encima del todo que conforma. Se volvió un metacódigo que habla únicamente de sí mismo. Un bucle. Un círculo vicioso.

Acaso cualquier sistema requiera de un metasistema que lo unifique, y éste de otro que lo unifique al primero y así sucesivamente. Acaso esta interminable cadena de sistemas que se autoexcluyen componen la sustancia de la que Spinoza se ocupa: una sustancia de infinitos atributos y modos de ser. Acaso el último de estos sistemas infinitos remita al primero para que a su vez éste busque aquél.

 

DE PRINCIPIO A FIN

 

Amar al ábrego, aunque ansíen aprisionarnos, Borrando besos breves burdamente brindados, Curtiéndose como combatiente casi cálida, Dócil damisela da desdibujo de diosa, Espera

el especial encuentro emerja en esencia. Flaqueza falsa, fascinante festín fugaz, Grácil gentil gitano guía gozosos gruñidos, Habilidad habitual hechizarla halagando, Imágenes indelebles, idóneo idilio, Jugoso jugueteo, jocosa juventud, Kilocalorías kamikazes. Kilim kaki Lascivamente luido, labeo lucirá. Mientras, muestran muy maravilloso magnetismo, Nido nocturno, narcótica necesidad. Ñapangos ñampeándose. Ñorbos ñublados Ornamentan onírico obsequio ora otorgado. Pasiones puras, plácidamente perpetradas, Querencias que quebrantan quiméricos quereres, Reflejan ruin rechazo, recuerdos, repensares. Sensaciones sombrías, siembran sus soledades Tejen tinieblas, terminando tal tentación, Utopía usurpada, urdiendo un último ultraje, Vacilan, ven vano vivir vacuo voraz vórtice, Yin yang. Yugo yugula yerro yoquepierdista, Zamba zurcida zafia. Zahorí zaherida.

 

por

Noemí Elina

 

 

Sitio de la autora

http://enlacuevadelanoche.blogspot.mx/

 

 

 

 

 

 

 

 

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de martes a jueves, 10 a 17 hrs.

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