top of page

En la aldea gala, una crónica en el corredor de Balderas

  • Simón Rojas
  • 15 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

En las historietas de Ásterix y Óbelix no pueden faltar las megatrifulcas protagonizadas por el herrero y el vendedor de pescado dentro de la pequeña aldea gala. Básicamente, el lío lo provoca el primero cuando acusa al segundo de vender pescado en franco estado de descomposición. Pues bien, ¡por Tutatis!: algo así viene ocurriendo en el corredor comercial de Balderas entre el vendedor de cuadritos y el de las almohadas ergonómicas contra ronquidos y hemorroides.


El primero acusa al segundo de incumplido, charlatán y farsante. ¿Ergonomía? ¿Que las almohadas resisten al agua? ¿Qué su local abre a las diez de la mañana? ¡Pamplinas, por Júpiter! Y el de las almohadas, que antes era o parecía indemne a las acusaciones, ha visto agotada su paciencia y ha contraatacado: ¿cuadritos con marco de plata? ¿Impresión en tinta láser? Jaja, jojo, háganme el favor: esto tiene un nombre y ese nombre es piratería.

Hay algo, pese a todo, que los une: los dos tienen, o dicen tener, pasta de filósofos. El de los cuadritos, autor de un librito que circula y se encuentra a la venta en Balderas, se declara filósofo del criterio; el de las almohadas, responsable de un libro que ha tenido el honor de haber sido rechazado en más de una ocasión por la industria editorial mexicana (sin duda un asunto de criterio, y del bueno, señala el de los cuadritos), se declara filósofo de la realidad. De modo que las nociones fundamentales de criterio y realidad entran en agresiva polémica cada día de la semana en Balderas. Un ámbito de esta querella, rica en muecas, chasquidos y gestos, se plantea cuando el de las almohadas manifiesta que el problema real de los mexicanos reside sin más en las hemorroides y en los ronquidos (problemas ambos, según él, directamente conectados), lo cual, para el de los cuadritos, constituye una muestra palpable (literalmente) de bárbaro —y más aún: obsceno— descriterio.

¿Llegan a los golpes estos polemistas? ¡No, por Urano! Cada cual escupe sus maledicencias a espaldas del otro, en tercera persona, y, aunque a los gritos y cruzando miradas de odio, ninguno de los dos hace ademán de ir más allá ni de requerir la poción mágica del druida Panoramix. Además, eso de andar a los golpes no es una conducta propia de filósofos; más bien es asunto de policías, políticos o vendedores de libros, y la policía, los políticos y los vendedores de libros, como es bien sabido, están majaretas.


 
 
 

Comments


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic

¡SÍGUEME! 

  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • c-youtube
bottom of page