top of page

NI RASTROS DE ALEJANDRA

  • Simón Rojas
  • 12 may 2016
  • 1 Min. de lectura


A fuerza de no hallarla, Alejandra Pizarnik se ha convertido en una obsesión. Editorial Lumen la reeditó hace pocos años —su Poesía Completa y su Diario—, pero hoy nadie la puede encontrar si no es en alguna librería de precios imposibles —como El Péndulo— o en la biblioteca de algún profesor de literatura no siempre dispuesto a ser asaltado.

Por el local —qué novedad— pasan muy pocos buscadores de poesía, y es un hecho que más de la mitad de ese reducido grupo hoy está desesperado al no atisbar ni rastros de Alejandra. Uno de esos lectores ha confesado, ruborizándose, tener un ejemplar de la poesía completa de Pizarnik (editado por Seix Barral, dice), pero luego se apresura a añadir que de todas maneras anda en la búsqueda de otro, “por si acaso”.


¿Por si acaso qué? ¿Temen que Pizarnik definitivamente desaparezca del mapa así nomás? Y en tal caso, ¿querrán entonces almacenar la mayor cantidad posible de sus libros? Deberían ir a buscar poemas de Alejandra a Internet, reunirlos y hacer autoediciones de ejemplares únicos con portadas únicas: la gracia hoy no está en convertirse en un autor —cualquiera es un autor—, sino en jugar a ser editor, algo cien veces más interesante.

Pero no; al igual que con los adictos, ninguno de estos obsesivos es capaz de fabricarse su propia droga, y esperan, mientras buscan, una nueva oleada de ediciones de Alejandra, un boom editorial de Alejandra. Es pues aconsejable que esperen sentados y por mientras se procuren alguna distracción, cualquier cosa, por ejemplo un placer turbio, como la novela.


 
 
 

Comments


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic

¡SÍGUEME! 

  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • c-youtube
bottom of page